La evolución está definida como un cambio gradual. Entendemos pues, que todo aquello que existe está expuesto a una transformación inevitable, ya que, el universo entero está en continua agitación, es imposible la no acción. No se cree, con este concepto de la evolución, que todo tenga un empuje ascendente, más bien abraza la idea de que también es evolutivo lo que retrocede. Al fin y al cabo, llegaremos a la comprensión de que todo es un fractal y que, dentro de cada diseño, existen movimientos armonizados en todas direcciones, que coincidirán para un mismo propósito: la evolución. La evolución que nos concierne tiene que ver con el ser humano, con aquello que, por jerarquía natural, intercede sobre él. Todo comienza y acaba en uno mismo, aunque en el trayecto que se recorre se dé cabida a la pertenencia en una trama diseñada para realizar cambios de comportamiento, cambios de sentimientos y cambios de pensamiento, que faciliten, al final, el desarrollo de nuevas formas de conciencia, que a la vez ayuden en la materialización de un modo de vida óptimo y adaptado al contexto. La individualidad de cada persona y su naturaleza bio-psíquica, socio-cultural y espiritual intervienen en su proceso evolutivo y se entrelazan con los procesos de las personas que comparten su misma realidad. La teoría de la evolución nos ha ayudado a comprender que el aspecto físico del ser humano ha ido cambiando con el tiempo, de ser cuadrúpedos hemos pasado a ser bípedos, hemos adaptado al entorno y las circunstancias: las extremidades, el aparato digestivo, la musculatura y todo el cuerpo en general. La mente del hombre apareció para propiciar la evolución, no solo para la especie, sino a favor de un orden mayor. También esto ha sufrido cambios en el tiempo, el cerebro y su desarrollo físico y cognitivo han ayudado, siendo cada vez más completo a la vez que complejo. La antropología nos habla de los rasgos que caracterizan a la especie humana. Hombres autómatas, innatos cazadores y seres socialmente solitarios, destinados a la pura supervivencia, más cercanos a la especie animal que al hombre. La especie se ha ido adaptando al clima, después de cazar, recolectó, después de vivir de aquí para allá, el hombre se instaló en poblados, en tribus, en aldeas, en pueblos, en naciones. Se creó la política, se diseñó la educación, y así, la sociedad ha ido provocando saltos evolutivos hasta nuestros días. Así el aspecto social, empujado por las circunstancias hacía que la adaptación física también acompañara y viceversa. Sin embargo, el modelo social no tiene que ver con el modelo cultural, porque, aunque van de la mano, tienen orígenes y funcionalidades diferentes. Si bien la sociedad incluye la cultura, también impone las normas y reglas de funcionamiento, la cultura abraza el conocimiento, el arte, la moral, las costumbres, las creencias, los mitos. En cualquier momento de nuestro desarrollo ha habido una correlación entre nuestra parte física, psíquica, social, cultural y espiritual, nos hemos ido preparando para adaptarnos a un proceso que se da continuamente sin la necesidad de ser forzado o provocado: la propia evolución. Cada uno de estos aspectos se ha forjado bajo paradigmas distintos, con bases distintas y desarrollos distintos, pero, todos hablan del ser humano, de sus particularidades, sus atributos, sus naturalezas internas y externas. Así pues, hoy en día el hombre vive, piensa y siente de manera diferente a como lo hacía hace millones de años, en donde, desde la máxima supervivencia, imponía una conducta adaptada a esa actualidad, y a medida que ha ido cambiando sus circunstancias se ha ido modificando para las restantes. Aceptamos la idea de que, partiendo de este punto, mirar hacia atrás implica la misma comprensión que la que se dará al mirar hacia delante, mirar hacia bajo implica la misma visión que la que obtendremos al mirar hacia arriba, y mirar hacia dentro es lo mismo que mirar hacia afuera. También en la historia del hombre como colectivo, el pasado está inmerso en su futuro, son ciclos ascendentes y descendentes, solo cambia el contexto. Ese animal que los estudiosos empezaron a considerar como hombre, acogía una forma de expresar su vida, su sentir y sus circunstancias de la misma manera que lo hacemos nosotros: con movimientos evolutivos, adaptándose en su capacidad de asumir nuevos retos de entendimiento y manifestación.
2 Comentarios
11/5/2022 08:15:49 am
Official place check. Ten church hour reach everything.
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11/19/2022 01:19:37 pm
I enjoyed this post, thanks for sharing
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AutorLucía Cambra Archivos
Febrero 2020
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