Acompañamiento a la muerte y duelo
Acercarnos a la muerte nos recuerda que nuestra existencia es limitada, y por lo tanto comenzamos a centrarnos en lo verdaderamente importante, decidiendo vivir cada momento con el corazón abierto. El acompañamiento de personas en el proceso de morir te permite aprender de la sabiduría que surge de ellas a partir de esta experiencia y te permite ofrecer una presencia auténtica, ecuánime y compasiva.
Aunque la muerte es absolutamente solitaria, la compañía es valorada por los pacientes y familiares en la etapa final de la vida. La muerte es un proceso natural, forma parte de la misma vida y en ese proceso de morir, siempre se puede hacer algo, siempre se puede acompañar y las personas que lo hacen, pueden aumentar la calidad de vida, aliviar el dolor, si lo hay, y proporcionar cuidados físicos, psicológicos y espirituales.
Aunque la muerte es absolutamente solitaria, la compañía es valorada por los pacientes y familiares en la etapa final de la vida. La muerte es un proceso natural, forma parte de la misma vida y en ese proceso de morir, siempre se puede hacer algo, siempre se puede acompañar y las personas que lo hacen, pueden aumentar la calidad de vida, aliviar el dolor, si lo hay, y proporcionar cuidados físicos, psicológicos y espirituales.
La ansiedad y el miedo son las respuestas más formalmente asociadas a la muerte en nuestra cultura. Ahora bien, estas van a aparecer con mayor o menor peso en virtud de que se trate la muerte propia o la de otros, que sea un familiar, amigo o conocido. La muerte puede generar ansiedad tan solo el hecho de imaginarla, pensarla o hablar de ella. La ansiedad ante la muerte está también muy íntimamente relacionada con la historia personal y cultural de cada uno, y con los estilos de afrontamiento ante las separaciones y los cambios que origina la propia vida. Por eso, es necesario afrontar la muerte con la colaboración profesional en el caso de que no se sepa gestionar con integridad. Es lícito en un momento de perdida que sobresalgan todas las preguntas a las que no hemos atendido en un estado de salubridad. La muerte de los demás te enfrenta, de forma inevitable a la tuya propia.
Los procesos de duelo son vivencias únicas e íntimas, cada uno sufre a su manera y el vínculo que le une al doliente o al fallecido influyen en gran medida en cómo se afronta el final de vida. Realizar un buen duelo es fundamental para la consecución de la vida de los que se quedan. Afrontar el dolor y la rabia que despierta una experiencia de esta amplitud, implica saber gestionar a tiempo las etapas que lo caracterizan, reconociéndolas y superándolas, para llevarlas a un lugar en el interior de cada uno donde puedan convivir en paz con el día a día.
Los procesos de duelo son vivencias únicas e íntimas, cada uno sufre a su manera y el vínculo que le une al doliente o al fallecido influyen en gran medida en cómo se afronta el final de vida. Realizar un buen duelo es fundamental para la consecución de la vida de los que se quedan. Afrontar el dolor y la rabia que despierta una experiencia de esta amplitud, implica saber gestionar a tiempo las etapas que lo caracterizan, reconociéndolas y superándolas, para llevarlas a un lugar en el interior de cada uno donde puedan convivir en paz con el día a día.
Incluso el propio moribundo ha de culminar su propio duelo en el proceso de morir, propiciando una buena partida. Acompañarlo en sus procesos de despedida y cierre conseguirán fomentar un ambiente de calma y bienestar para todos los que participen de esta vivencia. El muriente siente soledad y miedo, no obstante, los acompañantes también. Buscar ayuda profesional cuando las circunstancias superan el buen quehacer y cuando el cansancio agota todas las posibilidades de amar, es favorecedor para no sentir, posteriormente, la desolación de lo que se pudo hacer de otra manera, y para dejar que la transformación del moribundo se dé a su favor y no al de los demás.
La Terapia de Acompañamiento a la Muerte y Duelo es una herramienta ideal para:
- Acompañamiento psicológico al muriente.
- Acompañamiento psicológico a los acompañantes.
- Acompañamiento asistencial al muriente.
- Tanatofobia.
- Tanatofilia.
- Acompañamiento en el duelo. (cualquier perdida: mascotas, trabajo, nación, pareja, casa, etc.)
- Técnicas de afrontamiento.
- Etc.